Teoría corpuscular de la luz

En 1675, el filósofo natural inglés Isaac Newton
propuso la teoría corpuscular de la luz. En
ella, postulaba que la luz era un flujo de
pequeñísimas partículas sin masa (corpúsculos),
emitidas por fuentes luminosas, que se movían
en línea recta y con gran rapidez. Gracias a esto
y según su teoría, eran capaces de atravesar
los cuerpos transparentes, lo que permitía
ver a través de ellos. Por el contrario, ante los
cuerpos opacos, los corpúsculos rebotan e
impedían observar detrás de ellos.
Esta teoría explicaba con éxito la propagación
rectilínea de la luz, el fenómeno de la
refracción y de la reflexión, pero no los
fenómenos de la interferencia y la difracción.