La última de las aberraciones monocromáticas que consideramos es la distorsión. Aparece debido a que, a veces, el aumento que produce un sistema óptico depende de la distancia respecto al eje óptico. Así, en ausencia de otras aberraciones, la imagen se ve bien enfocada pero deformada. En función de si el aumento del sistema crece o disminuye a medida que nos alejamos del eje óptico tenemos, respectivamente:
En la figura 51 podéis observar una imagen perfecta, sin aberraciones (figura 51a), una producida por un sistema con distorsión de cojín (figura 51b) y una producida por un sistema con distorsión de barrilete (figura 51c).
a. Imagen perfecta, sin
aberraciones, de una retícula;
b. imagen de la misma
retícula producida por un
sistema con distorsión de
cojín;
c. imagen de la retícula
producida por un sistema
con distorsión de barrilete.